El paso del tiempo, las experiencias obtenidas con los años y el éxito que ha permanecido en sus 35 años de carrera han hecho que Chayanne sea un hombre agradecido.
Con frecuencia el cantante se detiene a pensar en las cosas que le ha dado la vida y a valorar cada área en la que le ha ido bien. “Soy un hombre de fe, de mucha confianza y sobre todo agradecido, es que al menos yo no podría no agradecer todo esto bueno que me pasa, tanto cariño de la gente, tanto amor”, dice Chayanne.
“Todo esto que vivo lo agradezco a Dios, por supuesto, y le pido que no nos falte salud, trabajo y que todo esto bueno se prolongue lo más que se pueda”, agrega el cantante de 44 años.Después de cada concierto que brinda, el puertorriqueño suele bañarse, descansar y generalmente se arropa con su gente.
Su esposa, Marilisa Maronesse; y sus dos hijos, Lorenzo Valentino e Isadora Sofía normalmente no viajan en las giras con él, ellos permanecen en su residencia de Miami, pero está con él su mánager con la que ha trabajado desde que empezó su carrera, además de su hermano Elliot Figueroa, quien es parte de su equipo de trabajo.
“Generalmente tengo personas muy queridas conmigo, me gusta recibir en mi camerino a gente que aprecio, que quiero, es un lugar íntimo, mi familia no puede estar conmigo como nos gustaría”, señala el cantante.
Un ritmo tranquilo
El boricua es un buen administrador de su tiempo, no se da prisas para nada, le gusta vivir a un ritmo tranquilo.
“Afortunadamente estoy lejos de cualquier tipo de adicciones, me gusta mucho hacer deporte, yo creo que si tengo alguna adicción es el golf”, menciono.
Lejos de agotarse cuando practica este deporte, logra ganar energía, nunca se cansa del golf.
“Es algo que disfruto muchísimo, además de que me gusta mucho, me relaja, tiene un efecto muy bueno, porque me siento mucho mejor después de jugar”.
Actualmente Chayanne está de gira, este mes se presentará en Venezuela, donde realizará varios conciertos. El único deseo de Chayanne es que todo le siga pintando de maravilla tanto en terreno profesional como en el personal.
“Me siento muy bendecido, insisto en pedir trabajo, salud y que la gente me siga brindando su amor”, agrego sonriendo.
Con frecuencia el cantante se detiene a pensar en las cosas que le ha dado la vida y a valorar cada área en la que le ha ido bien. “Soy un hombre de fe, de mucha confianza y sobre todo agradecido, es que al menos yo no podría no agradecer todo esto bueno que me pasa, tanto cariño de la gente, tanto amor”, dice Chayanne.
“Todo esto que vivo lo agradezco a Dios, por supuesto, y le pido que no nos falte salud, trabajo y que todo esto bueno se prolongue lo más que se pueda”, agrega el cantante de 44 años.Después de cada concierto que brinda, el puertorriqueño suele bañarse, descansar y generalmente se arropa con su gente.
Su esposa, Marilisa Maronesse; y sus dos hijos, Lorenzo Valentino e Isadora Sofía normalmente no viajan en las giras con él, ellos permanecen en su residencia de Miami, pero está con él su mánager con la que ha trabajado desde que empezó su carrera, además de su hermano Elliot Figueroa, quien es parte de su equipo de trabajo.
“Generalmente tengo personas muy queridas conmigo, me gusta recibir en mi camerino a gente que aprecio, que quiero, es un lugar íntimo, mi familia no puede estar conmigo como nos gustaría”, señala el cantante.
Un ritmo tranquilo
El boricua es un buen administrador de su tiempo, no se da prisas para nada, le gusta vivir a un ritmo tranquilo.
“Afortunadamente estoy lejos de cualquier tipo de adicciones, me gusta mucho hacer deporte, yo creo que si tengo alguna adicción es el golf”, menciono.
Lejos de agotarse cuando practica este deporte, logra ganar energía, nunca se cansa del golf.
“Es algo que disfruto muchísimo, además de que me gusta mucho, me relaja, tiene un efecto muy bueno, porque me siento mucho mejor después de jugar”.
Actualmente Chayanne está de gira, este mes se presentará en Venezuela, donde realizará varios conciertos. El único deseo de Chayanne es que todo le siga pintando de maravilla tanto en terreno profesional como en el personal.
“Me siento muy bendecido, insisto en pedir trabajo, salud y que la gente me siga brindando su amor”, agrego sonriendo.
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