Chayanne, quien en noviembre de 2009 comenzó a preparar la gira No Hay
Imposibles que cerró con el esperado concierto en el que los oaxaqueños
corearon todo el repertorio que comenzó en punto de las 9 de la noche,
con su éxito Provócame.Chayanne lució su tonificado cuerpo a la par de su talento, mientras
una considerable mayoría de mujeres, hombres, niños, políticos y hasta
personalidades del medio artístico como María Sorté disfrutaban de sus
sensuales bailes y letras de sus canciones; así continuó a manera de
popurrí con otros de sus éxitos como Te pido perdón.
Hasta que finalmente dijo con su acento boricua “Hola Oaxaca”, lo que emocionó aún más a los asistentes quienes respondieron con gritos y aplausos para el afamado cantante que recorrió más de diez países con su gira, que en sus propias palabras dijo, venía a cerrar a Oaxaca, por lo que agradeció a todo su equipo que por poco más de dos años lo acompañó en el sueño que hizo llegar sus canciones a los primeros lugares de popularidad.
Mencionó que esa noche le dedicaba el concierto a su padre, quien cumplía años y se encontraba en su natal Puerto Rico, para después en tono coqueto decir “esta noche, pueden hacer con nosotros lo que quieran”, a esta frase le siguieron entre otros temas “Atado a tu amor”, “Completamente enamorados”, “Si no estás”, “Caprichosa” y “Fiesta en América”, canción con la que emocionó a los asistentes al bajar del escenario y tomar de la mano a más de una fan que tuvo la dicha de estar en primera fila.
Así continúo con temas cada vez más bailables en los que sus bailarines y bailarinas abrían sus puestas en escena con pasos de baile que despertaban la energía del público, que en dos ocasiones se “alborotó” cuando Chayanne regaló unos lentes y posteriormente una corbata, objetos peleados por las fanáticas que llegaron hasta el piso con tal de quedarse con los recuerdos del artista.
Salomé, éxito del segundo disco de Chayanne titulado homónimamente y que cantara por primera vez en 1988, fue el tema de lo que parecía ser el cierre del concierto pues ante los gritos de “¡otra, otra!” y “¡torero, torero!”, el artista se ausentó más de cinco minutos del escenario, regresando tras la desesperada espera de sus fans a cantar una de las canciones que marcara su carrera “Tiempo de vals”, éxito en el que se hizo acompañar por una afortunada fan a la que llamó al escenario para bailar y a la cual abrazó y besó.
Al éxito que es comúnmente utilizado en fiestas de XV años y bodas, le siguieron otros de su más reciente material que da nombre a la gira, que es el décimo séptimo de su carrera y con el que alcanzó en marzo de 2010, la posición número uno del Billboard Latin Álbum Chart.
Después de cuatro cambios de vestuario, Chayanne regresó finalmente al escenario del Auditorio Guelaguetza que lucía majestuoso por la tecnología en imagen y sonido, además de la presencia del puertorriqueño que para finalizar su presentación y dar gracias a los asistentes cantó Torero, no sin antes despedirse del recinto al que besó.
La sensualidad, carisma y energía del intérprete provocó hasta a las caras más serias en un concierto que se tornó en fiesta, dejando a todos los asistentes satisfechos, que al término del concierto ya no recordaban los enojos de los que fueron presa algunos por los codiciados lugares.
Hasta que finalmente dijo con su acento boricua “Hola Oaxaca”, lo que emocionó aún más a los asistentes quienes respondieron con gritos y aplausos para el afamado cantante que recorrió más de diez países con su gira, que en sus propias palabras dijo, venía a cerrar a Oaxaca, por lo que agradeció a todo su equipo que por poco más de dos años lo acompañó en el sueño que hizo llegar sus canciones a los primeros lugares de popularidad.
Mencionó que esa noche le dedicaba el concierto a su padre, quien cumplía años y se encontraba en su natal Puerto Rico, para después en tono coqueto decir “esta noche, pueden hacer con nosotros lo que quieran”, a esta frase le siguieron entre otros temas “Atado a tu amor”, “Completamente enamorados”, “Si no estás”, “Caprichosa” y “Fiesta en América”, canción con la que emocionó a los asistentes al bajar del escenario y tomar de la mano a más de una fan que tuvo la dicha de estar en primera fila.
Así continúo con temas cada vez más bailables en los que sus bailarines y bailarinas abrían sus puestas en escena con pasos de baile que despertaban la energía del público, que en dos ocasiones se “alborotó” cuando Chayanne regaló unos lentes y posteriormente una corbata, objetos peleados por las fanáticas que llegaron hasta el piso con tal de quedarse con los recuerdos del artista.
Salomé, éxito del segundo disco de Chayanne titulado homónimamente y que cantara por primera vez en 1988, fue el tema de lo que parecía ser el cierre del concierto pues ante los gritos de “¡otra, otra!” y “¡torero, torero!”, el artista se ausentó más de cinco minutos del escenario, regresando tras la desesperada espera de sus fans a cantar una de las canciones que marcara su carrera “Tiempo de vals”, éxito en el que se hizo acompañar por una afortunada fan a la que llamó al escenario para bailar y a la cual abrazó y besó.
Al éxito que es comúnmente utilizado en fiestas de XV años y bodas, le siguieron otros de su más reciente material que da nombre a la gira, que es el décimo séptimo de su carrera y con el que alcanzó en marzo de 2010, la posición número uno del Billboard Latin Álbum Chart.
Después de cuatro cambios de vestuario, Chayanne regresó finalmente al escenario del Auditorio Guelaguetza que lucía majestuoso por la tecnología en imagen y sonido, además de la presencia del puertorriqueño que para finalizar su presentación y dar gracias a los asistentes cantó Torero, no sin antes despedirse del recinto al que besó.
La sensualidad, carisma y energía del intérprete provocó hasta a las caras más serias en un concierto que se tornó en fiesta, dejando a todos los asistentes satisfechos, que al término del concierto ya no recordaban los enojos de los que fueron presa algunos por los codiciados lugares.
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