Con más de treinta años recorriendo escenarios del mundo, Chayanne ha desarrollado una manera propia de moverse y gesticular. Sus presentaciones, coinciden personas con gustos bastante diversos, suelen ser contagiosas debido a su actitud y forma de moverse, aunque su música no guste del todo. "Te lo digo, con todo lo que hice en mi carrera agarré mucha experiencia y lo pongo en práctica en todos los proyectos que llevo adelante", comentaba. "Yo he hecho telenovelas, películas y todo lo uso en los distintos trabajos que me propongo. Mi primera película la hice a los diez años, por ejemplo. Todo eso me ayuda, pero lo que mencionas del escenario es que el tipo de show mío es como un espectáculo musical, ya que implica cantar, bailar, actuar también. En ese mismo esquema apliqué mi experiencia a Flynn Rider, mi personaje Y con toda la que tengo hoy en día no me tiembla tanto la voz como a los doce años".
Maduración. A los doce años de edad, cuenta, lo llevaron en helicóptero a un estadio en Guatemala. Creía que iba a ver un partido de fútbol pero cuando llegó descubrió que era un concierto multitudinario de su banda, Los Chicos, en la que estuvo hasta 1984. Cuando tenía once años cantaba con el grupo a medianoche en discotecas, actuaba en televisión e incluso en el cine. Así fue la entrada a la adolescencia de Chayanne, o Elmer Figueroa Arce, nacido en Puerto Rico en 1968. A esta altura se podría decir tranquilamente que su vida casi no tuvo una etapa de normalidad, aunque hoy esté casado y tenga dos hijos y mantenga una relación sana con sus padres.
"Uno en la infancia es más desprendido, es más espontáneo porque no tiene tantas responsabilidades", cuenta. "Yo sabía algo que venía de mis padres y de mis abuelos. Tenía claras enseñanzas como eso de tratar a los demás como quieres que te traten, ser puntual y ser respetuoso. Todo eso te ayuda en una carrera porque te da credibilidad como profesional. Y de chiquito viví muchas cosas sin darme cuenta, hasta que de grande miré atrás y vi lo que hice… Y te das cuenta de muchas cosas de grande. Esto es lo que hice toda mi vida y esa es mi experiencia. Y si me preguntas si lo permitiría a un hijo mío, te digo que lo acompañaría, no le trancaría la carrera ni su sueño. No lo dejaría acompañado solo con el representante, la coreógrafa y la vestuarista, que para mí eran como mis tías. De todas maneras me divertí mucho y sé que tenía mucha gente protegiéndome".
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